De izquierda a derecha: Isaura Sugeyri y Ariana Puga, las dos estudiantes mexicanas de intercambio que nos acompañan d este semestre |
Dos estudiantes provenientes de territorio mexicano viven
este semestre su primera experiencia de intercambio internacional académico, como parte de los programas de
intercambio estudiantil que la Universidad de Medellín tiene con diversos
centros de educación superior del mundo.
¿Cómo ha
sido su adaptación?; ¿qué es lo que más extrañan de su tierra? ¿cómo les ha
parecido la ciudad y la Universidad? y ¿por qué vinieron a nuestra
Facultad?.
Estos y
otros aspectos de la "nueva vida" de Ariana Puga e Isaura Sugeyri.
Ambas están abiertas a vivir nuevas
experiencias culturales y académicas, por lo que con entusiasmo viven día a día
su permanencia en nuestra Universidad y en la ciudad.
"Amañadas", contentas,
tranquilas y muy cómodas se han manifestado.
El agradable clima, las dimensiones y
prestaciones de la ciudad, la amabilidad de sus habitantes y las instalaciones
y facilidades de la Universidad, son, entre otras cosas más, aspectos que han
facilitado mucho su adaptación a esta nueva experiencia en sus vidas, lejos de
familiares, amigos, novios y entornos.
Las dos han
coincidido en que lo que vieron a través de internet, en el portal
institucional, y lo que leyeron y escucharon de algunos amigos sobre la ciudad,
la Universidad y la Facultad, lo han encontrado tal cual.
También superaron con facilidad entre sus familiares, los
temores por los desfavorables antecedentes históricos de la ciudad en materia
de seguridad, pues consideran que las cosas en su país están iguales de
difíciles en ese sentido.
Ambas mantienen contacto permanente con sus familias a
través de las redes sociales, y aunque extrañan mucho a sus familias, dicen
sentirse cómodas con esta experiencia vivida.
Ariana, la patinadora
Ariana Puga, quien ya está próxima a terminar sus estudios
de Comunicación en La Universidad Autónoma de México, y proviene de Ciudad de
Mèxico, no dudo en asumir esta nueva experiencia en su vida académica y
personal, para salir de la “zona de confort” de su vida cotidiana:
“Yo lo vi como una
nueva experiencia, como un reto, porque creo que se llega el momento en el que
uno tiene que salirse de su burbuja, de su zona de confort, para conocer nueva gente, nueva cultura un
nuevo país y si la universidad en la que estoy me brinda esa posibilidad, pues
hay que aprovecharla.”
Ariana está matriculada en 4 asignaturas: radio publicitario,
producción audiovisual, guion 2 y seminario de ciencia, tecnología e
innovación. Además de las clases en la universidad tomó clases de salsa y bachata, pues
tiene un gran gusto por el baile y
porque, además, “…en México existe el cliché de que todos los Colombianos
bailan muy bien, así que quiero aprender a bailar bien”, sostiene Ariana.
En su tiempo libre aprovecha para practicar su deporte favorito, el
patinaje artístico sobre ruedas, cerca del metro estadio, en el patinodromo.
Ariana vive cerca de la estación Metro del estadio, en una residencia
estudiantil con gente de su misma edad y también de su país, México, pero
oriundos de diferentes regiones. Ellos
han sido su salvación en asuntos gastronómicos, pues extraña mucho la sazón de
su país, especialmente con el chile y el consumo de las tradicionales tortillas
mexicanas. Entonces, con sus compañeros de residencia comparte los mismos
gustos de comida.
En su tierra la extrañan su padre, Armando
Puga, su madre, Edith Ortega y sus hermanos menores, Bair, de 19 años y su
hermana, Elis , de 17.
Isaura, la rugbyjugadora
La otra nacional mexicana, ISAURA sugeyri proviene de la
ciudad de San Luis Potosí, capital del Estado (departamento) del mismo nombre. Es
estudiante de séptimo semestre de diseño gráfico en la Facultad del Habitat de
la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Se motivó a hacer el intercambio por las experiencias de
compañeros de su universidad. Evaluó 3 opciones: una en Argentina, la segunda
en otra ciudad de Colombia y la Universidad de Medellín:
“En mi decisión por la Universidad de Medellín pesaron los
comentarios que vi en el portal de la Universidad, que dieron otros estudiantes
de varias partes del mundo que tuvieron su intercambio acá. También las
recomendaciones de algunos compañeros y el plan de estudios que también me
convenció. Además, también pesó el hecho de que la gente acá es muy agradable,
muy amistosa, y eso es muy importante para mí, porque iba a estar sola y ahora
he hecho muchos amigos."
Manifiesta que no ha sentido el choque cultural, porque lo que se imaginaba, vio, leyó y escuchó, lo
he encontrado. Su adaptación se ha facilitado por la convivencia en una casa de
familia y no en una residencia estudiantil:
“Donde yo vivo es una casa de familia y la señora de la casa
me platicaba el otro dia que era la tercera vez que ella recibía una
estudiante, porque ella casi no lo hace, y le causó gracia mi comportamiento,
porque las estudiantes que antes había tenido se mantenían llorando cuando
hablaban con su mamá y yo, por el contrario, le platico muy contenta todo lo
que hago y no, no me da por “tirar ojo sano” ( llorar).
Se manifiesta sorprendida por el tamaño de la ciudad, en comparación
con su localidad de origen y con la construcción del Parque Arví y el
Metrocable: “ me pregunto como hicieron eso en esas montañas, todo inclinado,
tan alto; eso quedó muy padre, me gustó mucho eso”.
Su debilidad, al igual que la de su compatriota, Ariana
Puga, es la comida: “ si me ha costado
un poco, sobre todo por las salsas; aquí no hay chile picante, ajì . Yo me acostumbre
a comer, por ejemplo fruta picada, y le echo limón y chile, y aquí no he
podido. Cuando hago sopas instantáneas, la echo mucho de menos. También extraño
mucho las tortillas, que son parecidas a las arepas de acá, que también me
gustan, pero más delgaditas. Un día la señora me brindó un sancocho y como era
un caldo, ahí mismo pensé en las tortillas
y caí en cuenta que acá no hay.”
Sobre su estadía en la Universidad manifiesta su complacencia con la atención de
los profesores que demuestran su
conocimiento y son muy atentos cuando un estudiante tiene dudas.
Además de estudiar la asignaturas de mercadeo uno plan
variable 2 herramientas 6 y taller 4, se
metió a un taller de dibujo artístico y al equipo de rugby, alentada por quien
oficia como su madrina durante su estadía en la ciudad, pese a la complejidades
de este deporte:
“Me costó un poco, porque hace rato no hago ejercicio, pero
ahì voy, entrenando y aunque no se mucho, porque son muchas reglas, lo poco que
he aprendido me ha gustado mucho, y aunque me dicen que es un deporte rudo,
hasta ahora mis compañeras como que me respetan, aunque la cosa será seria
cuando enfrentemos a otro equipo”, sostiene quien hace un buen rato dejó de
practicar el atletismo en su tierra, debido a la falta de tiempo, pues para
pagarse sus estudios debió ponerse a trabajar, sacrificio que también la alejó
de su práctica del clarinete.
Su último trabajo antes de venirse para Medellìn fue en una fábrica
de yogures saludables en donde le esperan para que continue con su labor, pero
ella piensa otra cosa: “Afortunadamente, he salido bien de mis
trabajos y en la última empresa me dijeron que cuando regresara ahí estaba mi
trabajo, pero me gustaría buscar un trabajo que ya tenga que ver con lo que
estoy estudiando.”
De su vida social y familiar extraña a su madre, hermanos,
un sobrino menor y hasta a su novio. Echa de menos las salidas con sus amigos: "A mi me gusta mucho ira ver música en vivo,
especialmente el reggae, y allá en mi
ciudad había un lugar en donde tocan algunos amigos y eso también me hace
falta. Me han dicho que acá hay un lugar así, pero aún no he ido” .
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